Miles despiden a Muhammad Ali en Louisville

Ali, el atleta más seguido y controversial del Siglo XX, murió el viernes pasado a los 74 años luego de una larga batalla con el mal de Parkinson.

LOUISVILLE, Kentucky - Muhammad Ali recorrió por última vez su ciudad natal el viernes -pasó frente a la pequeña casa rosa donde creció y el museo que lleva su nombre- mientras cientos de dolientes a lo largo del camino elevaban sus puños y gritaban "¡Ali!, ¡Ali!" al excampeón mundial de boxeo conocido simplemente como "El Más Grande".

Un coche fúnebre llevó el ataúd rojo cereza de Ali, cubierto con un tapiz islámico, hasta el Cementerio Cave Hill de Louisville en una larga línea de limosinas negras tras un recorrido de 30 kilómetros a través del bulevar Muhammad Ali, que fue sombrío y exuberante a la vez.

"Se levantó por él mismo y por nosotros, incluso cuando no era popular", dijo Ashia Powell, esperando el paso de la carrosa fúnebre en una barandilla debajo de una carretera interestatal.

Una ceremonia privada a un lado de la tumba se realizó por la tarde y era seguida por un gran servicio conmemorativo en una arena deportiva llena de celebridades, atletas y políticos, incluidos el expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton, el comediante Billy Crystal, el senador Orrin Hatch, el director de cine Spike Lee, la ex estrella de la NFL Jim Brown, Arnold Schwarzenegger, el famoso exfutbolista David Beckham, Whoopi Goldberg y Kareem Abdul-Jabbar.

Cuando el servicio interreligioso se puso en marcha en el KFC Yum! Center, la multitud empezó a aplaudir y gritar "¡Ali!, ¡Ali!", apenas el líder religioso musulmán daba la bienvenida a la audiencia a "la casa del campeón del pueblo".

Kevin Cosby, pastor de una iglesia de Louisville, comparó a Ali con personajes que rompieron las barreras raciales tales como Jesse Owens, Rosa Parks y Jackie Robinson.

"Antes de que James Brown dijera, 'Soy negro y estoy orgulloso', Muhammad Ali dijo, 'Soy negro y soy lindo", afirmó Cosby. "Negros y lindos era una contradicción", dijo. Agregó que el gran boxeador "se atrevió a afirmar el poder y capacidad de los afroestadounidenses" y los infundió con un "sentido de ser alguien".

Ali, el atleta más seguido y controversial del siglo 20, murió el viernes pasado a los 74 años luego de una larga batalla con el mal de Parkinson.

El ataúd fue cargado a la carrosa fúnebre afuera de la funeraria mientras un grupo de portadores del féretro, que incluía a los excampeones de boxeo Mike Tyson y Lennox Lewis, así como el actor Will Smith, esperaban en línea junto con los nueve hijos de Ali, su esposa, dos de sus exesposas y otros miembros de la familia.

Mientras la larga fila de limosinas negras pasaba rumbo al cementerio, los aficionados gritaban como espectadores de alguna de sus peleas, paraban los autos, sostenían teléfonos y carteles, corrían al lado del carro fúnebre y se acercaban a tocarlo. Se lanzaron tantas flores al parabrisas que el conductor tuvo que retirar algunas para ver el camino. Otros se quedaron en silencio y observaban con reverencia el paso del campeón.

"Para mí, fue una leyenda para esta ciudad y un ejemplo para la gente. Estoy feliz de ser parte de esta historia, de decirle adiós", dijo Takeisha Benedict, vistiendo una playera naranja con el mensaje "Soy Ali". "Estamos muy agradecidos por la apertura y permitirnos ser parte de esto", agregó.

Ali eligió el cementerio, que está en el Registro Nacional de Lugares Históricos, como su lugar de descanso final hace una década. Sus 130,000 tumbas representan un quién es quién de Kentucky, incluido el coronel Harland Sanders, fundador de Kentucky Fried Chicken.

El portavoz de la familia, Bob Gunnell, dijo que la lápida sencilla estará en consonancia con la tradición islámica.

Un servicio fúnebre tradicional musulmán se llevó a cabo el jueves, con un estimado de 6,000 admiradores que llegaron de todas partes del mundo para presentarle sus respetos.

Entre los oradores programados para el servicio conmemorativo del viernes en el KFC Yum! Center estaban el expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton, el comediante Billy Crystal y el periodista televisivo Bryant Gumbel. También se esperaba la asistencia del rey de Jordania y el presidente de Turquía.

El propio Ali decidió hace años que su funeral estaría abierto a los aficionados ordinarios, no sólo los VIP. Como resultado, miles de boletos gratuitos estuvieron disponibles y se agotaron en menos de una hora.

Louisville está acostumbrado a ser el foco de atención cada mayo durante el Derbi de Kentucky. Pero la muerte del tres veces campeón mundial de peso completo y embajador internacional de la justicia social representó uno de los eventos históricos de la ciudad.

"Todos temíamos el fallecimiento del campeón, pero al mismo tiempo sabíamos que en última instancia llegaría", dijo el alcalde Greg Fischer. "Fue egoísta de nuestra parte pensar que podríamos tenerlo para siempre. Nuestra labor ahora, como ciudad, es despedirlo con la clase, dignidad y respeto que merece", indicó.

El presidente Barack Obama no pudo hacer el viaje debido a la graduación de la secundaria de su hija Malia. Valerie Jarrett, asesora sénior de la Casa Blanca, planeaba leer una carta de Obama en el servicio.

Rumores de que Donald Trump asistiría fueron desmentidos el viernes por la mañana cuando Gunnell afirmó que el precandidato presidencial republicano llamó a la esposa de Ali, Lonnie, para informarle que no podía ir.

Tyson fue sumado a los portadores del féretro de último momento. Gunnell indicó que Tyson estaba molesto por la muerte de Ali y no estaba seguro si podría manejar el servicio fúnebre, pero al final tomó un vuelo nocturno para ser parte de la ceremonia.

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