DALLAS — El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos arrestó a menos personas durante el año fiscal 2019 en comparación con el año anterior, debido en parte a que se reasignaron recursos para ayudar a manejar el enorme flujo de inmigrantes que llegaba a la frontera sur del país, informó el miércoles la agencia.
La cantidad promedio de inmigrantes en detención fue de 50,165, a pesar de que el Congreso limita el financiamiento para cubrir sólo a 45,000.
“No hay duda de que la crisis en la frontera, junto con la negativa de algunas jurisdicciones locales que eligen colocar la política sobre la seguridad pública, han hecho que sea más difícil para el ICE llevar a cabo su misión ordenada por el Congreso”, dijo el director interino de la agencia Matt Albence, usando las siglas de la entidad a su cargo.
Los oficiales de vigilancia y remoción del ICE, una agencia del Departamento de Seguridad Nacional o DHS, arrestan y detienen a inmigrantes que consideran se encuentran en Estados Unidos de manera ilegal.
En el año fiscal que terminó el 30 de septiembre, esos oficiales detuvieron a unas 143,000 personas, alrededor de 13,000 menos respecto al año pasado, y deportaron a más de 267,000.
La mayoría de los detenidos eran personas con antecedentes criminales por delitos como homicidio, secuestro, ataques sexuales y agresión, señaló el ICE.
Durante el anuncio de las cifras anuales, Albence dijo que sus agentes fueron reasignados para ayudar con la crisis fronteriza, lo que repercutió en la cantidad total de detenciones.
Inmigración
Realizó una conferencia de prensa en Dallas, una jurisdicción donde se llevó a cabo el mayor número de arrestos, con 16,900, y donde hay un alto nivel de cooperación con las autoridades locales.
Los agentes locales no ayudan al ICE en las así llamadas ciudades santuario como lo son Nueva York y Chicago.
Hubo un aumento drástico en el número de familias que cruzaron la frontera el año pasado, con por lo menos 473,000 para el año fiscal, casi tres veces más que el registro anterior para un año completo. La mayoría venían de Centroamérica.
A medida que los números aumentaban, los agentes y oficiales del Departamento de Seguridad Nacional estaban abrumados porque las familias con niños pequeños requerían mucha atención.
Hubo casi un millón de cruces desde principios de la década del 2000, pero la mayoría eran de mexicanos que viajaban solos y que eran regresados a su país de origen sin problemas.
Las autoridades fronterizas pidieron ayuda, pero no fue sino hasta mediados de año -cuando se dieron a conocer reportes de malas condiciones, de un alto número de detenidos y de niños muriendo- que el Congreso autorizó $4,000 millones en fondos de emergencia. Ese financiamiento expiró al término del año fiscal.
Muchas de esas familias fueron puestas en libertad en Estados Unidos mientras sus solicitudes de asilo pasaban por las cortes, una práctica que el presidente Donald Trump ha llamado como “atrapa y libera”.
Los funcionarios del DHS han dicho que detendrían a las familias, pero que el ICE no había recibido fondos para eso.
El financiamiento de emergencia del Congreso no incluye camas adicionales para la detención de inmigrantes. En algún momento, el ICE tenía detenidas a unas 56,000 personas.
Los cruces fronterizos están disminuyendo debido a las medidas tomadas por México en su frontera, además de las políticas estadounidenses que han enviado a más de 50,000 solicitantes de asilo a territorio mexicano para que esperen sus procesos, y han hecho que cualquier persona que cruce desde un tercer país sea inadmisible para recibir asilo.