Un adolescente de Hartford, Connecticut que perdió dos dedos por un explosivo casero que estalló en su mano, dice que su vida ha cambiado meses después del accidente.
Era un domingo como cualquier otro en octubre del 2018, Carlos Santana de solo 16 años de edad se agacho para agarrar algo que parecía basura y así evitar que un niño de 4 años la tocara, desde entonces su vida cambió.
“Yo vi como una bolita de papel aluminio que estaba en el piso y le dije al niño que se quitara para ver qué era, lo agarre con mi mano, di unos pasos y exploto…” dijo Santana, víctima del explosivo casero.
El joven de padre puertorriqueño escuchó el estruendo de la explosión y sintió mucho dolor, pero aún no podía ver que había ocurrido: “todo lo que podía era solo blanco por algunos segundos y estaba muy nervioso porque pensé que iba a estar ciego.”, dijo.
Cuando su visión regresó el joven dijo que empezó a gritar al ver que tenía quemaduras en el pecho y que su mano estaba destruida. Casi tres meses, está recuperándose después de muchas dolorosas cirugías para reconstruir lo que quedo de su mano izquierda.
“Nunca vas a saber que una persona puede hacerle un daño a cualquiera.” Dijo Roberto Colón, amigo de la familia.
El sentimiento más importante ahora es de felicidad porque él está vivo, pero aún es muy devastador y difícil…”, dijo Tanisha Gabriele, madre de Carlos.
Según Carlos, lo que más lo motiva a seguir es su mamá porque ella tiene algunas limitaciones y aunque a él le faltan algunos dedos ahora eso lo empuja a buscar otras alternativas para ayudarla... y de ser ejemplo para personas con lesiones similares.
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