Cientos de miles de fanáticos jubilosos llegaron al centro de Boston el martes para un desfile que celebraba el sexto título del Super Bowl de los New England Patriots.
Un ambiente de fiesta envolvió a la ciudad cuando los fanáticos llenaron las aceras y esperaron para ver a Tom Brady, al entrenador Bill Belichick y al resto del equipo. Confeti rojo, blanco y azul llovió.
Es un sentimiento familiar en Boston. El desfile se produjo cuatro meses después de que ganaron los Medias Rojas su cuarto campeonato de la Serie Mundial en 15 años.
Recién salido de la victoria del domingo por 13-3 sobre los Rams de Los Ángeles en el Super Bowl 53 en Atlanta, los miembros del equipo y sus familias tomaron un viaje de 2 millas a través de la ciudad a bordo de los icónicos "duck boats" de Boston.
Brady abrazó a su hija, Vivian, y saludaron y sonrieron a la multitud mientras los jugadores y el propietario del equipo Robert Kraft se turnaban para sostener el Trofeo Lombardi. Belichick y su compañera, Linda Holliday, sonreían, y el famoso entrenador se quitó la gorra ante los fanáticos.
Rob Gronkowski, quien ha hablado de retirarse después de este último título de la NFL, viajó con sus hermanos y su padre.
Al menos un valiente fanático de los Rams, que vestía una de las camisetas azul y amarilla de ese equipo, estaba en la ruta del desfile.
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Los funcionarios esperaban más de 1 millón de asistentes, y los primeros trenes y trenes subterráneos se atascaron, abrumando el sistema de tránsito del área de Boston con lo que los funcionarios dijeron era un número récord de usuarios. El clima era cálido, con temperaturas superiores a 50 grados y un sol deslumbrante.
La seguridad era estricta, y el alcalde Marty Walsh advirtió a los fanáticos que no tiraran nada. Las latas de cerveza errantes dañaron ligeramente el trofeo de los Red Sox de la serie mundial el año pasado.
A diferencia de los años pasados, no se planificó ninguna manifestación posterior a la marcha con discursos.
