La Junta de Comisionados de Policía de New Haven, Connecticut votó para despedir a dos policías involucrados en el caso de Richard "Randy" Cox.
Cox quedó paralizado después de que la camioneta de la policía en la que se encontraba se detuvo en seco y Cox fue arrojado hacia adelante contra la pared de la camioneta.
Los oficiales Jocelyn Lavandier y Louis Riviera ahora están sin trabajo después de que la junta votó para terminar su empleo con el departamento de policía.
Hay cinco oficiales que estaban allí cuando Cox llegó al centro de detención el 19 de junio de 2022. Uno de esos oficiales se jubiló.
Los oficiales Betsy Segui y Oscar Díaz no votaron debido a un conflicto de horario con su abogado.
El jefe Karl Jacobson recomendó previamente que los cuatro oficiales fueran despedidos luego de una investigación de asuntos internos.
"En última instancia, apoyo que el jefe haga lo correcto para analizar toda la información disponible para llegar a esta decisión", dijo el alcalde Justin Elicker antes de la votación.
El caso alimentó la legislación que fue aprobada tanto en la Cámara como en el Senado. Requiere que el consejo de estándares y capacitación de oficiales de policía desarrolle políticas que requieran cinturones de seguridad para cualquier persona que sea transportada en un vehículo municipal.
Cox quedó paralizado del pecho para abajo. La ciudad de New Haven rápidamente inició sus propias políticas que exigen el uso del cinturón de seguridad poco después del incidente.
El año pasado, los abogados de Cox presentaron una demanda de $100 millones contra la ciudad de New Haven y el Departamento de Policía de New Haven. Desde entonces, la ciudad de New Haven y el equipo legal de Cox acordaron continuar con las negociaciones de conciliación en el caso civil.
La votación de terminación de Segui y Díaz se llevarán a cabo en una fecha posterior.
