Cuando la superintendente de las Escuelas Públicas de Boston, Brenda Cassellius, renuncie al final del año escolar, se llevará consigo cientos de miles de dólares de un acuerdo de separación.
Se espera que el Comité de Escuelas Públicas de Boston firme un acuerdo de separación el miércoles para darle a Cassellius al menos $311,000, informó el Boston Herald.
Cassellius dejará el cargo al final del año escolar, poniendo fin a un mandato de tres años marcado por la agitación de COVID-19 y dejando a la alcaldesa de Boston con decisiones importantes en los frentes de educación y vigilancia.
La alcaldesa de Boston, Michelle Wu, dio a conocer la inminente partida de Cassellius en febrero y la calificó como una "decisión mutua" de la alcaldesa, la superintendente y la presidenta del Comité Escolar de Boston, Jeri Robinson. No se dio más razonamiento.
A los tres meses de su primer mandato, Wu ahora buscará un líder permanente para hacerse cargo de las escuelas públicas de la ciudad al mismo tiempo que participa en el proceso de designación del próximo comisionado del Departamento de Policía de Boston.
El contrato de un superintendente se puede rescindir con un aviso de cuatro meses y el comité escolar extendió el contrato de Casselius el año pasado, según el Herald. Según su contrato, a Casselius se le debe pagar el salario base de un año, o el resto de lo que le habrían pagado si se hubiera quedado hasta 2023, lo que sea menor.
Cassellius ha sido superintendente escolar de Boston desde julio de 2019. Antes de eso, se desempeñó como comisionada de educación de Minnesota. Casselius es la segunda superintendente de BPS que se va después de tres años en el trabajo.
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Cassellius asumió el puesto más alto en Boston ocho meses antes de que la pandemia provocara un cambio hacia el aprendizaje remoto que desde entonces se ha transformado en escasez de personal, mandatos de mascarillas y otros problemas complicados.
Fue criticada por algunos padres y maestros por sus esfuerzos para reabrir las escuelas en persona el otoño pasado. Incluso se desempeñó brevemente como maestra de aula en enero, cuando aproximadamente 1200 maestros y miembros del personal se enfermaron durante el aumento de Ómicron.
