Cultivo de amapola, opción de vida para miles

En el corazón de esta planta, la amapola, se esconden los ingredientes primordiales para fabricar drogas letales como heroína y morfina, pero para quienes cultivan este opiodie en la sierra de Guerrero, no es más que una manera de sobrevivir.

"Es mentira lo que comentan que nosotros vivimos en lujo", dice uno de los cultivadores de amapola.

Francisco es uno de ellos, es padre de ocho hijos y desde hace años se dedica al cultivo de la flor.

"Vamos al día cuando nos va bien, le digo, sino pedimos prestado o fiado y cuando cosechamos vamos y pagamos la cuenta", relata.

El trabajo, lo describen como extenuante y es que tienen que pasar de 4 a 5 meses para esperar el fruto de la cosecha.

"Luchas contra la naturaleza, el tiempo de lluvias, resequedad, plagas y la otra es el gobierno", dice Crescencio Pacheco, secretario de Seguridad de Comisarios.

Las familias están conscientes de que esto es una actividad ilegal, sin embargo, afirman que es la única forma de vivir en la sierra de Guerrero, donde reciben cerca de $150 dólares por un kilo de amapola.

"Estamos inundando, lamentablemente, el mercado de heroína y opiáceos en Estados Unidos", dice Gerardo Torres, especialista en seguridad nacional.

Señala que en los últimos cuatro años, debido al aumento de plantíos de amapola, la producción de heroína se ha triplicado.

"La combinación de pobreza, desigualdad y aislamiento y condiciones orográficas para la producción de amapola hacen terriblemente difícil al gobierno erradicar este producto", subraya.

En el mundo, México se coloca como el tercer productor de amapola, solo detrás de Afganistán y Myanmar, con más de 26,000 hectáreas cultivadas.

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