En cámara: dron asesino siembra de sangre un desfile

El aparato explotó en momentos en que se iniciaba una celebración militar.

Un dron de los rebeldes hutíes cargado con explosivos atacó el jueves un desfile militar a las afueras de la ciudad portuaria yemení de Aden, matando a al menos seis soldados de la coalición liderada por Arabia Saudita.

El incidente amenaza las conversaciones de paz auspiciadas por Naciones Unidas para poner fin a la guerra que asola a la nación más pobre del mundo árabe desde hace años.

El ataque en la base aérea Al-Anad, desde donde las fuerzas especiales estadounidenses comandaron en su día la lucha contra la rama local de Al Qaeda, tuvo como objetivo a militares de alto rango del gobierno de Yemen reconocido por la comunidad internacional.

El atentado planteó nuevas dudas sobre el supuesto papel de Irán como suministrador de aviones no tripulados y misiles balísticos a los hutíes, algo que Teherán niega pese a que investigadores y expertos de la ONU vincularon esas armas a la República Islámica.

“Una vez más, esto demuestra de las milicias criminales hutíes no están listas para la paz y que están aprovechando las treguas para desplegarse y reforzarse”, señaló el ministro de Información, Moammar al-Eryani, que explicó que dos altos cargos militares resultaron heridos en el ataque.

“Es el momento de que la comunidad internacional se ponga del lado del gobierno legítimo y obligue a las milicias a entregar las armas y a retirarse de las ciudades”, agregó.

Los hutíes se atribuyeron de inmediato la autoría del ataque a través de su cadena de noticias por cable, al-Masirah, y explicaron que su objetivo eran los “invasores y mercenarios” que participaban en el acto en la base de la provincia sureña de Lahj. El atentado causó “docenas de muertos y heridos”, apuntó.

Funcionarios yemeníes dijeron que entre los heridos estaban Mohammad Saleh Tamah, jefe del Servicio de Inteligencia de Yemen; el destacado comandante Mohammad Jawas y el gobernador de Lahj, Ahmed al-Turki. Las autoridades seguían buscando heridos entre los escombros, añadieron.

Los funcionarios hablaron bajo condición de anonimato porque no estaba autorizados a informar a reporteros.

En el desfile participaban alrededor de 8,000 soldados, además de dos gobernadores y un gran número de comandantes militares, incluyendo el jefe del Estado Mayor. Las primeras informaciones apuntaron a que hubo seis fallecidos.

Contáctanos