“Me mataron un ángel”. Con esta expresión, Héctor Arias, padre del adolescente asesinado en una fiesta en una casa en Lawrence, Massachusetts, describió a su hijo de 18 años, quien trabajaba para comprarle una casa.
“Me arrancaron ese tesoro. Ese niño trabajaba para comprarme una casa. Ese era su sueño. Y acaban de quitarle la vida”, dijo Arias con un nudo en la garganta.
Saul Enrique Morales Espinosa, de 22 años, de Lawrence, y Joshual Ramírez, de 20 años, también de Lawrence, fueron acusados cada uno de dos delitos graves: portar un arma de fuego sin licencia y portar un arma de fuego cargada, anunció la fiscalía.
Mientras, la comunidad de Lawrence lamenta la pérdida del joven, a quien describieron como un gran trabajador. Junto a su padre, laboraba en un taller de mecánica de la ciudad, donde, según relataron, era querido por clientes y empleados.
“Era un niño trabajador, cambiaba aceites, cambiaba frenos, ayudaba a su papa. Era trabajador”, recordó Luciano Rodríguez. “Ese muchacho era todo sonrisas”.
Se espera que los dos arrestados comparezcan ante el tribunal el próximo 9 de mayo y enfrentan varios cargos, entre ellos, posesión de armas.
Espinosa y Ramírez se declararon inocentes durante las lecturas de cargos remotas el lunes ante el juez de la corte de distrito de Lawrence, Stephen Geary.
Espinosa permanece hospitalizado en Boston con heridas de bala, mientras que Ramírez permanece hospitalizado localmente, también con heridas de bala.
“Pido a las autoridades que el que hizo el crimen, que lo pague. No voy a poder dormir hasta que se aclare”, dijo Héctor Arias, quien es un reconocido líder político en República Dominicana, al ser elegido tres veces alcalde.
“Trabajé tantos años en mi país y nunca me manché. Y ese es el ejemplo que siempre di a mis hijos”, concluyó.
