WASHINGTON — El gobierno del presidente Joe Biden quiere elevar la cantidad de refugiados que recibe el país a 62,500 para el año fiscal en curso, cuadruplicando el límite históricamente bajo de 15,000 que impuso su predecesor Donald Trump, revelaron el jueves un funcionario federal y otras fuentes.
El funcionario y otras personas al tanto de los planes hablaron bajo condición de anonimato debido a que tenían autorización para tocar el tema de manera pública.
Trump fijó el límite en octubre, cuando inició el año fiscal 2021, y se extiende hasta el 30 de septiembre. La propuesta de Biden de 62,500 refugiados remplazaría la cifra previa, y el mandatario ya anunció que planea duplicar esa cifra en 2022.
Biden presumiblemente quería incrementar el límite de inmediato, pero no fijarlo en una cifra tan elevada como 125,000 refugiados, ya que las posibilidades de alcanzar ese número no serían realistas en medio de la pandemia del coronavirus y con todo el trabajo que se necesita para reconstruir el programa de refugiados que prácticamente fue desmantelado por el gobierno anterior.
Por ley, Biden debe presentar su propuesta ante el Congreso y consultar con legisladores antes de tomar una determinación presidencial. El Departamento de Estado confirmó que ya envió el reporte del presidente al Congreso, dando inicio al proceso.
“Estamos trabajando con el Congreso para organizar estas consultas y esperamos involucrar a los miembros correspondientes”, dijo la agencia en un comunicado.
Inmigración
Biden anunció a principios de febrero sus planes para aumentar a 125,000 el número de admisiones en 2022, lo que rebasaría el récord de 110,000 que impuso Barack Obama antes de dejar la presidencia.
Mediante una orden ejecutiva, Biden también pidió rescindir las reglas creadas en el gobierno de Trump y que resultaban en una investigación excesiva de los solicitantes, expandiendo la capacidad para arbitrar las solicitudes de los refugiados, y otras medidas.
Despejar esa vía tomará tiempo. Más de la tercera parte de las oficinas de reasentamiento se vieron obligadas a cerrar en los últimos cuatro años por el descenso en la llegada de refugiados, y cientos de trabajadores fueron despedidos.
El presidente determina el límite de admisión de refugiados cada año, y el financiamiento a las agencias de reasentamiento se basa en el número de personas que reubican en un determinado año.
De cualquier forma, organizaciones activistas han aplaudido los planes de Biden, señalando que envían un mensaje al mundo de que pretende restaurar el liderazgo humanitario de Estados Unidos.
Trump tomó medidas contra el programa de refugiados como parte de sus políticas antiinmigratorias, y redujo el número de admisiones cada año hasta alcanzar el total históricamente bajo de 15,000. El promedio histórico de gobiernos demócratas y republicanos ronda los 95,000 refugiados.
El gobierno de Trump defendió los recortes como una manera de proteger los empleos estadounidenses durante la pandemia, y dijo que quería que los refugiados se asentaran más cerca de sus países de origen al tiempo que trabajaba para resolver las crisis que habían provocado que esas personas huyeran en primer lugar.
Biden, quien fue copatrocinador de la propuesta que creó el programa de refugiados en 1980, ha dicho que reabrir las puertas a los refugiados es “la manera en que restauramos el alma de nuestra nación”.