New Hampshire

Tras persecución internacional el FBI arresta a hispano acusado de malversar cerca de $10 millones de compañía de New Hampshire

El hombre administraba dos proyectos forestales en Guatemala para un asesor de inversiones con sede en New Hampshire.

handcuffs sit on top of money

Un guatemalteco ha sido arrestado por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) luego de una persecución internacional, anunciaron la fiscal federal Jane E. Young y Jodi Cohen, agente especial a cargo del FBI, División de Boston.

Roberto Montano, alias Jorge Roberto Montano Midence, alias Roberto Pellegrini, alias Alberto Yardi, de 57 años, fue arrestado el miércoles en el Aeropuerto Internacional de Miami.

Montano fue acusado de fraude electrónico mediante una denuncia en 2015 y una acusación formal en 2021 por parte del Distrito de New Hampshire.

Según los documentos de acusación, Montano es un ciudadano de Guatemala que administró dos proyectos forestales en Guatemala para un asesor de inversiones con sede en New Hampshire entre 2007 y 2014.

Aproximadamente a finales de 2009, la empresa administradora de Montano, Green Millennium, malversó los fondos de los proyectos al desviar efectivo y ocultar los desvíos utilizando estados bancarios y financieros alterados; hipotecar las propiedades de los Proyectos sin autorización e invertir las ganancias en proyectos comerciales; y robar los subsidios forestales de teca pagados por el gobierno guatemalteco.

Las autoridades creen que la pérdida total de este fraude puede ser de aproximadamente $10 millones.

Investigadores dicen que después de que Montano fuera alertado sobre una investigación sobre el fraude en 2014, huyó de Estados Unidos a Guatemala, y luego se mudó a Nicaragua, donde vive desde hace varios años bajo un alias. Montano también es buscado en Guatemala por un presunto plan de malversación de fondos.

Desde 2014, el FBI dice que ha participado activamente en los esfuerzos para localizar y arrestar a Montano.

De ser hallado culpable, Montano enfrenta hasta 20 años de prisión, hasta tres años de libertad supervisada y una multa de hasta 250,000 dólares o el doble de la cantidad robada, lo que sea mayor.

El FBI está liderando la investigación.

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