Los concejales de la ciudad de Boston, Andrea Campbell y Ricardo Arroyo, buscan que se restrinjan las tácticas policiales utilizadas para mantener a las multitudes bajo control en medio de las continuas protestas contra la brutalidad policial.
Los concejales proponen limitaciones a los agentes de control de multitudes químicas y a los proyectiles de impacto en una ordenanza que establece que si bien se considera que estos dispositivos son menos peligrosos para sus objetivos que las armas de fuego, todos conllevan riesgos significativos de causar daños corporales graves.
Se programa una audiencia el miércoles para discutir la ordenanza.
Las restricciones propuestas incluirían gases lacrimógenos, gas pimienta, balas de goma o explosiones repentinas durante protestas o manifestaciones, con algunas excepciones.
Los supervisores en el lugar, que tengan el rango de superintendente adjunto o superior, que presencian personalmente ciertos actos de violencia o destrucción de propiedad, estarían autorizados a usar esas tácticas, pero solo después de dos advertencias separadas por un altavoz.
