Todos los empleados estatales, maestros y personal de K-12 y personal de primera infancia tendrán la obligación de vacunarse contra COVID-19 antes del 27 de septiembre o tendrán que seguir la opción de pruebas, anunció el jueves el gobernador Ned Lamont.
Aquellos empleados elegibles para una opción de prueba que opten por realizar la prueba en lugar de recibir la vacuna deberán hacerlo semanalmente, según el gobernador.
Los empleados estatales en las instalaciones hospitalarias no tendrán una opción de prueba, dijo Lamont.
El mandato de la vacuna incluye a los empleados de atención a largo plazo, un mandato que se anunció previamente y entra en vigor el 7 de septiembre.
Los mandatos de la vacuna tienen adaptaciones para exenciones médicas o "creencias religiosas sinceras", dijo la comisionada estatal interina de salud pública, Deidre Gifford.
Los maestros de escuelas públicas y privadas estarán sujetos al mandato de la vacuna, dijo la comisionada de educación designada Charlene Russell-Tucker.
El gobernador celebró su conferencia de prensa en medio de un creciente llamado de los líderes de pueblos y ciudades de todo el estado pidiéndole que establezca un mandato de máscaras para interiores en todo el estado.
El Consejo de Gobiernos del Sureste de Connecticut (SCCOG) envió al gobernador una carta después de realizar una teleconferencia el miércoles por la mañana para discutir los mandatos municipales de las mascarillas.
Hasta ahora, Lamont ha dicho que no cree que sea necesario un mandato estatal.
La tasa de resultados positivos de la prueba COVID-19 del estado fue de 3.37% el jueves. Actualmente hay 344 hospitalizaciones en el estado por COVID-19.
En Connecticut, el 74% de la población mayor de 12 años está vacunada, según Lamont.
